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3. Consejos para una buena fritura

Entre las buenas prácticas del proceso de fritura se encuentran:
•    Aceite de buena calidad y estabilidad frente al calentamiento, a las temperaturas requeridas por el proceso.
•    Alimento con las condiciones óptimas para el proceso. Es importante freír los alimentos con la superficie lo más seca posible, para evitar la formación de espuma, y la aceleración de la oxidación.
•    En productos rebozados, se deben enharinar los alimentos inmediatamente antes de freírlos, sacudiéndolos para que suelten el exceso de harina.
•    Procurar que haya suficiente aceite para que las piezas queden completamente sumergidas, y la fritura sea homogénea.
•    Proporción correcta entre aceite y alimento
•    Temperaturas lo más bajas posible, compatibles con productos fritos de buena calidad (175-185oC).
•    Evitar el sobrecalentamiento, que pueda provocar la formación de humo.
•    Freidora apropiada.
•    Filtrado frecuente del aceite. Después de freír, filtrar el aceite a fin de eliminar los restos de los alimentos que pudieran contener, pues aumentan la alteración del aceite en próximas frituras.
•    Mantener separados los aceites utilizados para freír pescados de los utilizados en otro tipo de alimentos
•    Vaciado y limpieza frecuente del equipo.
•    El vertido del aceite ya utilizado hay que almacenarlo en garrafas para su reciclado para su uso en biodiesel.
•    Recambio del aceite en el momento justo. El aceite debe sustituirse en las siguientes condiciones: cuando al calentarlo a temperatura de fritura echa mucho humo, cuando sea demasiado fluido comparándolo con el fresco, cuando tenga olor desagradable o cuando su color sea notablemente más oscuro.
•    En la renovación del aceite, cambiar todo el aceite ya utilizado por nuevo. Ya que sino se deshecha todo, lo que se favorece es la rápida oxidación del aceite nuevo.
•    Evitar sobrecarga de alimento en la freidora.
•    La fritura será tapada y el recipiente no debe desprender metales, hay que garantizar la salida del vapor para eliminar los compuestos volátiles
•    Frecuente análisis del aceite durante su uso.
•    Conservación-reutilización adecuada del aceite.
•    Posible uso de antioxidantes.
•    Mantener el aceite a baja temperatura mientras no se utilice.
•    Preparación y educación adecuada del personal involucrado.

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